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Infecciones en el oído medio y colocación de tubos de ventilación

Muchos niños sufren de infecciones en el oído medio. Esto es lo que se conoce como “otitis media” (OM). Estas infecciones son más habituales en niños de entre 6 meses y 2 años, aunque también las pueden sufrir a cualquier otra edad. Algunos niños son particularmente susceptibles a padecerlas debido a factores relacionados con el entorno y el estilo de vida que llevan. Algunos de estos factores de riesgo incluyen asistir a guarderías infantiles con grupos muy numerosos, el humo del tabaco y tomar el biberón en la cama.

Si bien estas infecciones son bastante fáciles de tratar, si un niño tuvo varias infecciones en el oído de las que no se recuperó fácilmente o hay evidencias de pérdida de la audición o retraso en el habla, el médico puede llegar a sugerir la colocación de tubos de ventilación. Esta cirugía también se conoce como “miringotomía bilateral con colocación de tubos de ventilación” (BMT, por su sigla en inglés). En este procedimiento, se colocan en los tímpanos unos pequeños tubos, llamados “tubos de timpanostomía” o “diábolos”, para permitir la ventilación del área ubicada detrás del tímpano, es decir, el oído medio. En los Estados Unidos, cada año se colocan aproximadamente dos millones de tubos de timpanostomía en niños para ayudar a prevenir las infecciones crónicas en el oído medio.Cirugía para la colocación de tubos de timpanostomía

Si su hijo es lo suficientemente grande como para saber qué es una cirugía, quizá quiera prepararlo hablándole acerca de la intervención. Durante una cirugía de colocación de tubos de ventilación se siguen estos pasos:

Al niño se le aplicará una anestesia total. Esto implica que la cirugía se llevará a cabo en un hospital para que un anestesiólogo controle a su niño. Por lo general, el procedimiento lleva entre diez y quince minutos.

El cirujano hará un pequeño orificio en el tímpano a través del cual succionará el líquido del oído medio. Debido a que el cirujano puede llegar hasta el tímpano a través del canal auditivo, no quedarán marcas ni suturas visibles.

Por último, el cirujano insertará un pequeño tubo de plástico o metal en el orificio del tímpano.

Luego de la intervención, su hijo despertará en la sala de recuperación. En la mayoría de los casos, el tiempo total de permanencia en el hospital es de unas pocas horas. Los niños muy pequeños o aquellos con problemas médicos más graves pueden llegar a permanecer un tiempo mayor.

Después de la cirugía

Los tubos de timpanostomía ayudan a evitar las infecciones recurrentes en el oído permitiendo el paso de aire al oído medio. Otras sustancias, como el agua, a veces entran en el oído medio a través del tubo, pero normalmente esto no es un problema. Su cirujano podrá sugerir o no el uso de tapones para los oídos cuando se baña o va a nadar.

En la mayoría de los casos, no es necesaria una cirugía para quitar los tubos de timpanostomía. Por lo general, el tubo se sale solo a medida que es empujado por el tímpano que se va curando. Un tubo generalmente permanece en el oído entre seis y dieciocho meses, según el tipo de tubo que se utilice. Sin embargo, si el tubo permanece en el tímpano durante más de dos o tres años, es muy posible que sea retirado por medio de una cirugía para evitar la formación de cicatrices, daño permanente en el tímpano o el crecimiento de tejido alrededor del tubo.

Si bien son efectivos a la hora de reducir las infecciones crónicas en el oído, los tubos auditivos no siempre son una cura permanente para la otitis media. Hasta un 25% de los niños que antes de cumplir 2 años necesitan tubos pueden llegar a necesitarlos nuevamente.

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